+30 AÑOS EN MEDICINA ESTÉTICA

Bioestimuladores de colágeno Las Palmas

¿Sin tiempo para leer? Nosotros te llamos

El responsable del fichero, Baltingo S.L., usará esta información para responder las solicitudes de contacto y dar información de los productos, servicios y promociones. Los datos enviados se guardarán en los servidores de OVH (Francia) dentro de la Unión Europea. Puedes acceder rectificar o suprimir los mismos si lo deseas.

Tratamiento

Ambulatorio sin cirugía

Procedimiento

Entre 30 – 45 minutos

Recuperación

Inmediato

Resultados

Progresivos desde 2ª–3ª semana

¿Qué son los bioestimuladores de colágeno?

Los bioestimuladores de colágeno, también conocidos como infiltración de ácido poliláctico, es un tratamiento médico-estético bioestimulador que busca rejuvenecer la piel desde el interior mediante la activación natural del colágeno y la elastina. A diferencia de los rellenos con ácido hialurónico, el ácido poliláctico no aporta volumen de forma directa, sino que estimula la piel para que ésta regenere sus propias fibras estructurales, devolviéndole firmeza, densidad y elasticidad. Este tratamiento está especialmente indicado para quienes presentan flacidez facial, pérdida de soporte en mejillas, línea mandibular desdibujada o piel apagada y delgada. El ácido poliláctico es una molécula biocompatible y reabsorbible que ha demostrado una potente acción neocolagénica. Tras su aplicación, el cuerpo inicia un proceso gradual de regeneración tisular que mejora de forma sostenida el grosor dérmico y redefine los contornos faciales sin alterar la expresión natural. En nuestra clínica realizamos una valoración anatómica completa, analizando tipo de piel, grado de flacidez, soporte óseo y distribución grasa, para diseñar un protocolo personalizado. Según las necesidades, podemos combinar el ácido poliláctico con hilos tensores, láser fraccional, PRP o radiofrecuencia, optimizando los resultados en firmeza, textura y luminosidad.

Candidatos ideales y contraindicaciones del ácido poliláctico

El perfil ideal de paciente es aquel con flacidez leve o moderada, pérdida de definición en contorno facial o signos de envejecimiento progresivo, pero que no desea cirugía ni resultados artificiales. Es perfecto para hombres y mujeres a partir de los 35 años que buscan una mejoría global de la calidad cutánea y un rejuvenecimiento natural. También es un excelente tratamiento corporal en zonas como brazos, abdomen, cara interna de muslos o glúteos, donde ayuda a tensar la piel y mejorar la apariencia de irregularidades. Sin embargo, no está indicado en pacientes embarazadas, en periodo de lactancia, con enfermedades autoinmunes activas, infecciones cutáneas en la zona de aplicación o antecedentes de queloides. Antes de cada sesión revisamos medicación (AINEs, antiagregantes, anticoagulantes), suplementos que puedan alterar la coagulación (omega-3, ginkgo, vitamina E) y tratamientos previos con rellenos permanentes, ya que pueden condicionar la técnica de aplicación. Es importante aclarar que el ácido poliláctico no sustituye a los rellenos: su función es reafirmar y estimular, no rellenar. En casos donde falta volumen estructural, podemos combinarlo con ácido hialurónico para obtener un equilibrio armónico entre soporte y firmeza.

Certificado Médico de Garantía y Compromiso: +30 años de medicina estética

Con más de 30 años de experiencia en el sector de la medicina estética y el cuidado de la salud, ofrecemos a cada paciente la máxima confianza y seguridad en cada tratamiento.
Nuestro compromiso no depende de si es tu primera visita o si ya formas parte de nuestra familia médica: te cuidamos con la misma dedicación y detalle en cada paso.
La excelencia no se improvisa; se construye con años de práctica, formación continua y pasión por lo que hacemos. Por eso, nuestro equipo acredita esta trayectoria con un Certificado Médico de Garantía, que respalda la calidad, la ética y la atención personalizada que nos caracteriza desde hace tres décadas.

+ de 30 años de experiencia

Profesionales

cualificados

¿Qué dicen de nosotros?

¿Para qué se usa el ácido poliláctico?

El ácido poliláctico se utiliza para estimular la producción natural de colágeno y mejorar la estructura y firmeza de la piel en diferentes zonas del rostro y el cuerpo. Es ideal para tratar la flacidez facial, redefinir el contorno mandibular, elevar mejillas, suavizar surcos nasogenianos, líneas de marioneta o pérdida de densidad en la zona temporal. También se emplea en el cuello, escote, brazos, abdomen y glúteos, donde ayuda a tensar, alisar y mejorar la calidad cutánea. En el rostro, su aplicación consigue un efecto lifting progresivo, restaurando el soporte sin alterar la expresión. En el cuerpo, estimula la piel flácida y mejora irregularidades derivadas de adelgazamientos o celulitis. En glúteos, favorece un efecto de redensificación y proyección natural, sin recurrir a implantes o cirugías. Su versatilidad lo convierte en un tratamiento regenerador y preventivo, útil tanto para rejuvenecer como para mantener una piel joven por más tiempo. A diferencia de los rellenos, el ácido poliláctico actúa a nivel biológico, mejorando la calidad del tejido a largo plazo. El resultado es una piel más tersa, firme, luminosa y con apariencia saludable.

Ventajas del ácido poliláctico

Beneficios del ácido poliláctico

Resultados, duración y mantenimiento

Los resultados del ácido poliláctico no son inmediatos, sino progresivos y muy naturales. Durante las primeras semanas, el gel portador se reabsorbe y el cuerpo comienza a sintetizar colágeno tipo I y III, responsables de la firmeza y la elasticidad cutánea. A partir del primer mes se observa una piel más densa, luminosa y con mejor textura. El efecto tensor continúa desarrollándose hasta los 2–3 meses, momento en el que el resultado se estabiliza. La duración promedio es de 18 a 24 meses, dependiendo del metabolismo, hábitos de vida, fotoprotección y calidad del tejido. En la mayoría de los casos se recomienda un protocolo inicial de 2 a 3 sesiones separadas entre 4 y 6 semanas, seguido de un mantenimiento anual. Con cada sesión se refuerza el estímulo del colágeno, obteniendo un efecto acumulativo y duradero que redefine los contornos faciales, mejora la firmeza del cuello y aporta un aspecto descansado, juvenil y saludable. Además, el tratamiento puede integrarse dentro de planes combinados de rejuvenecimiento global con peelings, luz pulsada, hilos tensores o biorevitalización, potenciando la calidad dérmica y la longevidad del resultado.

¿Hablamos?

El responsable del fichero, Baltingo S.L., usará esta información para responder las solicitudes de contacto y dar información de los productos, servicios y promociones. Los datos enviados se guardarán en los servidores de OVH (Francia) dentro de la Unión Europea. Puedes acceder rectificar o suprimir los mismos si lo deseas.

Preguntas frecuentes

Es un procedimiento bien tolerado. Se aplica anestesia tópica o infiltrada para minimizar molestias. Puedes sentir presión leve o sensación de calor transitorio durante la infiltración, que desaparece en minutos.
Puede aparecer leve inflamación o pequeños hematomas los primeros días, que se resuelven espontáneamente. Recomendamos aplicar hielo envuelto, evitar calor y masajear la zona según las indicaciones. No suele requerir reposo.
El colágeno estimulado se mantiene entre 18 y 24 meses, dependiendo de la edad, estilo de vida y hábitos (tabaco, exposición solar, deporte intenso). Con sesiones de mantenimiento anuales se logra un efecto acumulativo y duradero. Además, el principio es la estimulación y generación de colágeno de forma progresiva.
El volumen inicial corresponde al vehículo del producto, que se reabsorbe en pocos días. Los resultados reales aparecen de forma progresiva, conforme tu piel produce nuevo colágeno, ofreciendo un cambio natural y sostenido.
Sí, de hecho, es frecuente combinarlo con ácido hialurónico, hilos tensores, radiofrecuencia o láser fraccional. Estas combinaciones potencian el efecto tensor y mejoran la calidad global de la piel.
Durante las primeras 24–48 h evita calor, ejercicio intenso y manipular la zona. Sigue la “regla 5×5” de masaje para prevenir nódulos. Usa protector solar diario y evita tratamientos agresivos durante una semana.
Generalmente se recomiendan 2 a 3 sesiones espaciadas 4–6 semanas. En la valoración médica se define el protocolo personalizado y el número de viales necesarios. El presupuesto es cerrado y se ajusta al plan individual.